Antecedentes

Castilla y el Océano Atlántico

Castilla era en esa época el estado más poderoso de la península sin embargo no pudo impulsar tanto las exploraciones. Tras una serie de acontecimientos como una guerra civil y la Reconquista de Granada, en 1393 se llevó una expedición a Lanzarote y entre 1402 – 1403 Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle continuaron el camino hacia la conquista. En 1477  Gran Canaria, La Palma y Tenerife estarían sujetos a los derechos de la realeza. Portugal entró en conflicto con los Reyes Católicos al aspirar Portugal a quedarse con las Islas Canarias.

En 1479 se firmó el Tratado de Alcaçobas-Toledo. En él se establecía que a Portugal le pertenecían los archipiélagos de Azores, Madeira y Cabo Verde, junto con las islas que encontrara en su navegación desde Canarias para abajo. A Castilla se le atribuían las Canarias a cambio de comprometerse a no penetrar en el territorio acotado para la Corona portuguesa. El acuerdo resultaba especialmente favorable para Portugal que hizo un extraordinario uso del mismo en los años siguientes.

En 1482-84 Diego Cao llegaba al cabo de Santa María. En 1488  Bartolomé Días dobló el Cabo de Buena Esperanza, un paso de enorme trascendencia porque demostraba que era posible circunnavegar África y llegar a Asia a través de la ruta del Índico.

Las Canarias fueron una pieza clave para el Descubrimiento de América ya que los castellanos tenían en ellas un acceso perfecto a los alisios atlánticos. Por esta época aparecerá Cristóbal Colón en España, otro navegante aventurero influido por los relatos de Marco Polo. Colón quería alcanzar de nuevo aquellas tierras vistas por Marco Polo, esta vez viajando hacia el oeste. Lo que no sabía Colón es que en 1492 se encontraría con el continente americano.

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