
Los miserables (1862) es una de las mejores novelas de la
francesa, y una de las más leídas.
Su argumento, cuajado de golpes de efecto y de recursos afectivos, favorece
también las versiones cinematográficas y teatrales, que no han dejado de
gestarse hasta nuestros días. La novela original narra básicamente una historia
de regeneración y salvación, tema recurrente en
. El héroe, Jean Valjean, es un condenado a trabajos
forzados por
, recién liberado
tras varios años de cárcel. Rechazado por todos a causa de su
amarillo que indica de dónde
proviene, es al fin acogido en casa de un bondadoso obispo que le encamina por
la senda del bien. Sin embargo inmediatamente antes de su conversión
ha hurtado una moneda, de forma que
vuelve a ser buscado como delincuente; se encarga de su persecución un policía
íntegro pero implacable, el inefable inspector
. En este punto la narración salta en el
y nos sitúa en 1817. Fantine, una
joven engañada por un burguesito, trabaja y luego se prostituye para alimentar a
su hija, Cosette. En Montreuil-sur-Mer es liberada de la cárcel por el alcalde,
el señor Madeleine - Valjean bajo una
identidad- . Poco después muere, y éste le promete ir a
buscar a su hija. Los destinos del
, de la niña y del policía se cruzan desde entonces,
mezclados con el bello Marius, joven idealista que se enamora de Cosette. Todos
ellos coinciden en París en 1832, en torno a la barricada que
el pueblo sublevado en la calle
Saint-Denis. Valjean salva allí a Javert, quien se
trastornado por este gesto de
magnanimidad, y a Marius, atravesando las
parisinas para llevarlo
desvanecido hasta la casa del abuelo del joven, un
aristócrata. En la barricada los
republicanos
, incluido el
pequeño Gavroche, niño prácticamente de la calle. Poco después
y Marius se casan sin saber quién
salvó al joven, y Valjean se sacrifica aún más confesando su origen y alejándose
de los esposos. Sólo al final éstos descubren la
, por una maniobra fallida de
Thénardier, y corren a ver al héroe que, agonizante, muere en olor de
.