El recurso servía como toma de contacto con el arte. Su objetivo principal era facilitar la capacidad de observación de las obras pictóricas expuestas, y sobre todo, que los alumnos fuesen capaces de fijarse en los detalles con calma, cuestionándose qué podrían significar. Una primera fase consistía en que los alumnos visitasen la exposición por el bicentenario del Museo del Prado con un cuadernillo de trabajo cuyos objetivos eran trabajar la observación, valorar el arte, fomentar la introspección y reflexionar aspectos personales que luego se trabajarían en tutoría y desde el departamento de orientación. La segunda fase consistía en tres sesiones teóricas para explicar: teoría del color e historia del arte, simbología y psicología del color, y el arte como vocación y forma de comunicación. Para finalizar este bloque se realizó un Kahoot como forma de evaluación de lo que habían aprendido. La tercera fase consistió en un taller práctico en el que cada alumno podía plasmar de forma pictórica con la técnica que quisiese cómo se veía en un futuro.