Hasta ahora hemos hablado de educación, de literatura, de lectura… y hemos dejado a propósito otra palabra clave LA ESCRITURA.  Escribir para que los alumnos ordenen sus conocimientos y para demostrar sus saberes debiera ser necesario en todas las áreas. Pero para la educación literaria también es útil escribir para CREAR, para jugar, para interpretar la realidad, para imaginar e imaginarse, para potenciar su autoestima, para crecer, para disfrutar.

Es en este aspecto en el que incidiremos a la hora de poner el acento en nuestra educación literaria. Al hilo del desarrollo de nuestras competencias, no solo la comunicativa, sino también la autonomía e iniciativa personal, la cultural y artística… los alumnos crean, escriben, transforman en palabras lo que ven, lo que saben, lo que imaginan,  con la intención de crear algo estéticamente bello. (ver Anexo V:¿Mejora la lectura la expresión oral y la composición de textos escritos?).