Es importante que la escuela tenga en consideración la lectura en entornos digitales a la hora de planificar actividades de comprensión lectora.

En este contexto cultural globalizado y tecnológico es importante que la escuela tenga en consideración la lectura en entornos digitales a la hora de planificar actividades de comprensión lectora, sin olvidar la interpretación del contexto, de las dinámicas y de las estructuras de  las nuevas formas de leer.

Por otra parte, también debe integrar las nuevas posibilidades expresivas que las nuevas tecnologías ponen a disposición de su alumnado. Esto debe ser extensivo a todos los niveles educativos: infantil, primaria y secundaria.

2.1.- Organización didáctica y curricular

La lectura digital con y en medios tecnológicos requiere la adquisición de habilidades  y estrategias específicas ligadas a las competencias digitales y al tratamiento de la información. Estas se desarrollan a lo largo de la etapa escolar pudiéndose adquirir tanto en situaciones de aprendizaje formales, a través de las áreas,  como en situaciones  no formales.  A tal fin es conveniente la planificación de procesos y secuencias a lo largo de la educación infantil, primaria y secundaria.

El desarrollo de estas competencias se efectúa en cuatro dimensiones:

  • La búsqueda, la obtención de la información, el procesamiento, la organización y la transformación en conocimiento (obtener, organizar, relacionar, analizar, sintetizar y aplicar)
  • El conocimiento, empleo y comprensión de distintos lenguajes expresivos tanto textuales, numéricos, icónicos, visuales, gráficos y sonoros.
  • La adquisición de las destrezas y habilidades para operar con los sistemas tecnológicos y la comprensión de su naturaleza.
  • La dimensión social de las tecnologías digitales, con un uso responsable, colaborativo y crítico.

Para el desarrollo de la lectura en entornos tecnológicos, lo mismo que sucede con la integración de las tecnologías de la información y comunicación en los procesos de enseñanza, se requiere definir un contexto estructurado  tecnológicamente con implicaciones organizativas y didácticas. Se pueden establecer los siguientes ámbitos:

  • Contexto y soportes personales del alumno (tabletas, minipcs, ordenadores, "e-readers",…).
  • Entornos tecnológicos y didácticos de aula (ordenador del profesor, PDI, conectividad de aula,…).
  • Entornos tecnológicos y organizativos de centro (servidores  y servicios de intranet, conectividad en red,…).
  • Recursos y servicios en Internet del centro controlados directamente por el mismo.
  • Internet.

Una vez más, se necesita reflexionar sobre cómo utilizar las nuevas herramientas y posibilidades tecnológicas en beneficio de los aprendizajes del alumnado. Al tomar decisiones sobre la organización del contexto tecnológico de centro (de cómo se usarán estos ámbitos, en qué momentos, con qué  finalidad didáctica y organizativa, qué criterios de seguridad,…) se favorecerá  la planificación, y el desarrollo de actividades educativas y de fomento lector, en un entorno coherente, coordinado, entendible (para alumnos, profesores y familia), seguro y adaptado al acceso de los menores a internet.