Cuando describimos la lectura como un proceso activo, hemos señalado que dos ejes importantes de la interacción son los textos y los alumnos. La comprensión lectora sitúa el eje en el texto como un reto a descifrar. Cuando ya se domina ese proceso, la lectura puede situar al alumno como el nuevo eje. Lo importante es la forma en que el alumno se apropia del texto leído y le da un nuevo uso. Leer es entonces ya una capacidad creativa, que hace posible la aparición de nuevas ideas y nuevos sentimientos, diferentes en cada sujeto a pesar de partir de un mismo estímulo.

El nuevo propósito lector es el razonamiento crítico, la identificación de los propios sentimientos, la identificación de los valores del texto. Leer es entonces, sobre todo, una capacidad para conocerse a sí mismo, no sólo para comprender el texto inicial.

Cuando un centro elabora un Plan de lectura,  puede establecer a partir de qué etapa es adecuado potenciar la lectura crítica. Además, es una magnífica oportunidad para reflexionar sobre los temas prioritarios con los que quiere colaborar a asentar la competencia social y ciudadana de su alumnado. En ocasiones, los valores prioritarios del Proyecto Educativo de Centro pueden hacer sentir la necesidad de seleccionar una serie de actividades, estrategias e, incluso, de sugerencias de lecturas secuenciadas para favorecer esa reflexión.