La biblioteca escolar es un instrumento de innovación y apoyo al desarrollo curricular que complementa el trabajo realizado en el aula.

Siempre imaginé que el paraíso sería algún
tipo de biblioteca.
Jorge Luis Borges

Cuando hablamos de biblioteca escolar, es importante considerar lo establecido en el Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la misma:

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

La biblioteca escolar proporciona información e ideas que son fundamentales para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad contemporánea, basada en la información y el conocimiento. Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación, permitiéndoles que se conduzcan en la vida como ciudadanos responsables. La biblioteca escolar ofrece servicios de aprendizaje, libros y otros recursos que permiten a todos los miembros de la comunidad escolar forjarse un pensamiento crítico y utilizar eficazmente la información en cualquier formato y medio de comunicación. Las bibliotecas escolares están conectadas con la vasta red de bibliotecas e información, de acuerdo con los principios del Manifiesto de la UNESCO sobre la Biblioteca Pública.

El personal de la biblioteca ayuda a utilizar los libros y otras fuentes de información, desde los relatos literarios hasta los documentos plasmados en todo tipo de soportes (impresos, electrónicos u otros) y accesibles directamente o a distancia. Estos materiales complementan y enriquecen los libros de texto, así como los materiales y métodos pedagógicos.

 

En nuestro país, la publicación de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) supuso un salto cualitativo en todo lo relativo a las bibliotecas escolares. Implica a las Administraciones públicas en potenciar el fomento de la lectura y el uso de la biblioteca escolar. Se busca conseguir un progresivo desarrollo en los hábitos de lectura desde  Educación Infantil hasta Bachillerato. Se habla de la biblioteca como un espacio abierto a la comunidad escolar. En consecuencia, se intenta adecuar su estructura y funcionamiento, con las dotaciones necesarias, para que se potencie la lectura desde todas las áreas del currículo. La modificación de la LOE mediante Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa ha mantenido todo lo señalado en relación a las bibliotecas escolares.

Posteriormente, el "Marco de Referencia para las bibliotecas escolares" elaborado en 2011 por la Comisión Técnica de Bibliotecas Escolares, define la biblioteca escolar como "centros de recursos de lectura, información y aprendizaje: entornos educativos específicos integrados en la vida de la institución escolar. Apoyan al profesorado en el ejercicio de sus prácticas de enseñanza y facilitan al alumnado el aprendizaje de los contenidos curriculares, así como la adquisición de competencias y hábitos de lectura, en una dinámica abierta a la comunidad educativa".

Es decir, se da un paso más y se concibe la biblioteca escolar como  el órgano director de la lectura y el aprendizaje desde donde parten y confluyan todas las estrategias encaminadas a dicho fin.

La biblioteca escolar es un instrumento de innovación y apoyo al desarrollo curricular que complementa el trabajo realizado en el aula y tiene una incidencia en la calidad de la enseñanza altamente positiva, convirtiéndose en un indicador de la calidad del centro educativo. También son positivos los potenciales beneficios que puede aportar a los diferentes miembros de la comunidad educativa, facilitando el desarrollo de programas pedagógicos que se apoyen en metodologías, procesos de trabajo y herramientas adecuadas para conseguir los objetivos definidos en el plan del centro.

La biblioteca escolar es un indicador de la calidad del centro educativo.

La biblioteca se adapta a las necesidades actuales. Debe ser una biblioteca híbrida y contar con libros y materiales en distintos soportes y formatos; y debe permitir que se puedan consultar esos materiales u otros que se encuentren en la red.

La enseñanza escolar debe contribuir a crear lectores competentes en la utilización de diversos tipos de textos, a promover  actitudes reflexivas y críticas ante los distintos medios de transmisión y difusión de la cultura escrita y a despertar interés por la lectura como medio de entrenamiento y como actividad de ocio. Del mismo modo, debe ofrecer una formación lo suficientemente versátil como para adaptarse a una sociedad cambiante, en la que la recogida, selección, recuperación y transmisión de información son aprendizajes imprescindibles.

El sistema educativo quiere proporcionar a los alumnos y a las alumnas un amplio conjunto de oportunidades de aprendizaje en relación con la formación lectora y de futuros usuarios de diversas fuentes de información. En este sentido cabe destacar la inclusión en los currículos de contenidos relativos a la formación lectora, entendida en este sentido amplio, así como la importancia concedida a la actividad del alumno en los procesos de enseñanza- aprendizaje, la atención a las diferencias y la necesidad de desarrollar estrategias para el aprendizaje autónomo.

Este nuevo planteamiento curricular supone cambios que precisan condiciones y recursos para llevarlos a la práctica. En este contexto, la biblioteca escolar se perfila como nuevo e importante ámbito educativo: espacio de comunicación e intercambio, idóneo para la investigación y para la lectura recreativa; así, una biblioteca escolar integrada en el proyecto educativo y curricular de un centro se constituye en un recurso pedagógico de primer orden. En efecto, los cambios educativos que se están promoviendo llevan a concebir la biblioteca escolar como un dinámico centro de recursos y un activo servicio de información que debe cumplir un papel esencial en relación con el aprendizaje de los alumnos, con las tareas docentes y con el entorno social y cultural.