Funciones de las nuevas bibliotecas escolares

Filtrar y redistribuir contenidos será una de las funciones básicas de las BBEE.

Entendemos la Biblioteca Escolar como un espacio educativo flexible con una gestión centraliza llevada a cabo por un equipo cualificado que alberga una colección dinámica y abierta, organizada y centralizada de todos aquellos materiales que necesita el centro para desarrollar su tarea docente, y cuyas actividades se integran plenamente en los procesos pedagógicos del centro y se recogen, por tanto, en el Proyecto Educativo de Centro, Proyecto Curricular de Centro y Programación General Anual.

La biblioteca proporciona múltiples servicios de información y ofrece acceso, por diferentes vías, a fuentes de información y materiales que se encuentran en el exterior. Constituye, además, un lugar favorable al estudio, a la investigación, al descubrimiento, a la autoformación y a la lectura. Para que la biblioteca escolar llegue a convertirse en el elemento central de toda la estructura organizativa del centro debe cumplir, entre otras, las siguientes funciones:

a) Convertirse en la herramienta fundamental para la puesta en marcha del plan de lectura del centro.

El papel de la biblioteca en este sentido es básico en aspectos como facilitar recursos y materiales en diferentes soportes e idiomas, diseñar y realizar actividades de lectura de carácter interdisciplinar, crear ambientes adecuados para la lectura o implicar a la comunidad educativa en el desarrollo del plan

b) Apoyar la labor del profesorado de todas las áreas/materias del currículo.

La biblioteca escolar debe apoyar el desarrollo del currículo por lo debe disponer de aquellos materiales o recursos que puedan facilitar la enseñanza y el aprendizaje de las distintas áreas/ materias del currículo, adquiriendo el alumnado, en este modelo de biblioteca, un papel activo de su propio aprendizaje.

c) Contribuir a la adquisición de las competencias

La nueva educación basada en competencias deja de estar enfocada a la pura adquisición de conocimientos y se orienta al desarrollo de destrezas y habilidades que resulten útiles para los jóvenes a la hora de desenvolverse de manera autónoma en la vida diaria. Es decir, los alumnos deben saber aplicar los conocimientos en un contexto real y tener la capacidad de utilizar los aprendizajes de manera práctica en las posibles situaciones o contextos a los que se tengan que enfrentar diariamente.

Para que esto sea posible, deben primar metodologías activas como pueden ser  trabajos por proyectos, centros de interés o aprendizajes cooperativos y en todos ellos, la biblioteca escolar adquiere un gran protagonismo.

d) Favorecer la adquisición de la competencia digital.

Esta competencia supone, no sólo adecuarse a los cambios que introducen las nuevas tecnologías: leer y escribir hoy supone saber usar diferentes soportes, conocer e interpretar una variada tipología textual y aprender a utilizar estrategias que permitan discriminar la información relevante de la superflua. También requiere adquirir una serie de conocimientos y habilidades que permitan ser competente en un entorno digital.  La biblioteca escolar debe liderar programas de formación de usuarios, de búsqueda y uso de  fuentes de información o modelos de aprendizaje cooperativo basado en proyectos, contribuyendo así a la adquisición de la alfabetización mediática e informacional.

e) Desarrollar iniciativas de promoción de la lectura.

 La promoción de la lectura debe establecer como finalidad el afianzamiento de la práctica lectora comprensiva y la adquisición del hábito lector permanente. Contribuir a la formación de lectores y lectoras competentes sigue siendo una función fundamental de las bibliotecas escolares. Ahora bien, la incorporación de la lectura digital hace que ésta deba ser entendida en un sentido más amplio.

Las bibliotecas, como espacios de encuentro y punto de conexión social de la comunidad educativa, programarán no sólo actividades destinadas a todos los sectores de la comunidad educativa, sino también relativas a todos los ámbitos culturales.

f) Filtrar y distribuir contenidos

La biblioteca escolar debe valorar, seleccionar, dispensar y repartir aquellos recursos que respondan a necesidades concretas que el centro posee así como a los propios intereses de la comunidad educativa.

La gran cantidad de recursos digitales disponibles en la red, hace que la biblioteca escolar deba hacer un esfuerzo extra en seleccionar y filtrar aquellos que respondan a aspectos de calidad, variedad, veracidad o actualidad.

Ahora ya no importa dónde están los recursos, su accesibilidad es posible desde muchos lugares. La misión de la biblioteca escolar ahora es mediar el encuentro con los mismos.

g) Llegar a ser un foco de dinamización cultural.

La biblioteca escolar además de apoyar al plan de lectura del centro, debe convertirse en herramienta fundamental para todo tipo de actividad educativa y cultural. Debe tanto colaborar en el desarrollo de los diferentes programas que se desarrollen en el centro como llegar a enlazar la actividad curricular con otro tipo de actividades culturales que se desarrollen en el ámbito cercano (barrio, pueblo, localidad).

h) Ser un agente de compensación social.

Tal y como se recoge en el Marco de referencia de las bibliotecas escolares además de respaldar programas destinados a evitar el fracaso escolar o atender a alumnado con necesidades educativas específicas, la biblioteca debe ser un factor de compensación social ofreciendo libros y materiales multimedia o electrónicos, así como el acceso a Internet, a aquel alumnado (y a sus familias) que no puede acceder a estos recursos por razones de desigualdad socioeconómica".