LA VISITA DE TOMÁS SÁNCHEZ SANTIAGO AL IES ORDOÑO II VISTA POR DOS ALUMNOS

Carla Díez:
Tomás Sánchez Santiago nos propuso un juego, y este consistía en que a medida que él fuese hablando y citando autores nosotros debíamos escribirlos y buscar algo de información, por curiosear un poco, de aquellos que en el nombre tuvieran nuestra inicial. Apuntamos estos autores: Ernesto Sábato, Robert L. Stevenson, Julio Cortázar, Konstantin Kavafis, Luis Cernuda, Kant, Horacio, William Blake, octavio Paz y los poetas J.A. Valente y Claudio Rodríguez, del que incluso escuchamos un poeta recitado por él.
Nos hablaba sobre estos escritores porque para él tenían algo interesante, porque varios de ellos le inspiraron en muchos de sus poemas, y nos leyó cuáles le parecían más interesantes. También nos contaba bajo su experiencia personal como profesor, cómo vivía él los lunes a primera en sus clases, algo con lo que nos sentimos muy identificados.
Daniel Voces:
"Sobre su experiencia lectora, Tomás nos indica, primeramente, cuáles han sido los libros que a él le han marcado en mayor medida a lo largo de su vida (aquí destaca La isla del tesoro, pues afirma que esta obra le cambió siendo joven y que la relee muy a menudo). Después, nos señala qué autores le son más de su agrado y subraya aquí el mundo de Julio Cortázar y del poeta zamorano Claudio Rodríguez.
En cuanto a su faceta de creador literario, Tomás nos ilustra explicándonos que un escritor es aquel que plasma mediante palabras, mejor o peor ordenadas, aquello que escucha y que es ésto último lo más importante en el proceso de creación literaria. Tanto es así, que nos señala dos poemas de su propia obra, los cuáles están basados en conversaciones ajenas escuchadas por él mismo y que lo indujeron a componer. El primero está relacionado con su profesión más lucrativa, dijo él con ironía, la de profesor de lengua, pues trata sobre las conversaciones "post fin de semana" de sus alumnos, esa única manera que tenían para alegrar la vuelta a las clases y el deseo que le entraba al profesor por conocer todas esas historias. El segundo, por otra parte, nace de una charla quejosa entre dos cajeras de supermercado, que da pie al poeta a escribir acerca de estos centros de explotación laboral, como él los denomina y sobre estas mujeres tan luchadoras.
Para acabar, Tomás S. Santiago se dirige a nosotros, los jóvenes, para que sigamos acercándonos a la lectura, que vayamos descubriendo obras y autores hasta que encontremos el nuestro. Nos alienta a leer, a formarnos intelectualmente a través de la experiencia, pero, sobre todo, a disfrutar y a aprender a lo largo de este viaje que es la vida, pero sin prosa por llegar a nuestro destino, como Ulises regresando a su Ítaca natal. Y aquí nos leyó a Kavafis. Hermoso colofón a una agradable conferencia.