Entendemos que las familias no tienen por qué ser expertas en educación, que cada niño necesita unas orientaciones diferentes para apoyar su ritmo de aprendizaje y que cada centro está enmarcado en un entorno socio- económico y cultural diferente, por lo que la escuela tiene que ser consciente de la realidad en la que se encuentra inmersa, analizar su contexto y, a partir de ahí, establecer unas pautas claras para ayudar a las familias en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos.

Partiendo, pues, de que tanto la familia como la escuela tienen un papel fundamental en la educación y centrándonos en el fomento de la lectura, proponemos unas estrategias metodológicas básicas de modo que la intervención sea adecuada:

  • Las relaciones que establezca el centro educativo con las familias deben ser adecuadas, deben partir de la participación, cooperación e interés, con un contacto regular compartiendo información y en beneficio del alumno.
  • Cada centro educativo debe dar a conocer a las familias el contenido del Plan de lectura de centro en la reunión inicial, e insistir en la necesidad de su colaboración y participación para llevar a cabo muchas de las actividades programadas.

En los siguientes cuadros se ofrecen pautas- orientaciones que pueden ser útiles para orientar a las familias y conseguir su apoyo tanto desde el entorno familiar como desde su actuación directa en los centros educativos apoyando nuestra labor docente.

Aclarar que no son actuaciones cerradas y estancas en una determinada etapa educativa, sino que cada centro debe adaptarlas a su alumnado y realidad social.